El fraude en la industria láctea puede tomar muchas formas, incluida la adición de agua, suero de leche u otras sustancias a la leche cruda para aumentar el volumen o sus características fisicoquímicas. La detección del fraude en la leche cruda es importante para garantizar la seguridad y la calidad del producto, así como para proteger a los consumidores y a los productores lácteos legítimos.

Existen varios métodos que se pueden utilizar para detectar el fraude en la leche cruda, incluidas las pruebas físicas, químicas y biológicas. 

Dependiendo del tipo de adulterante, van a existir diferentes pruebas. Para el caso de la adición de suero a la leche, una forma es por medio de la detección del glicomacropéptido de caseina (cGMP). El cGMP es una sustancia que se produce de la degradación de la k-caseina por la adición de proteasas presentes en la leche y se libera el lactosuero. 

Para garantizar la calidad y la seguridad de la leche y los productos lácteos, es importante realizar pruebas para detectar la presencia de cGMP. Hay varios métodos disponibles para detectar cGMP, incluidas técnicas cromatográficas como la cromatografía líquida de alta resolución (HPLC) o los test inmunocromatograficos. Estas técnicas pueden detectar de manera precisa y confiable incluso cantidades mínimas de CGMP, lo que permite identificar cualquier posible fraude o contaminación en productos a base de leche.

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